En la cabecera, detalle de la cara «de la guerra» del llamado Estandarte de Ur, hallado en una tumba real del cementerio de la ciudad sumeria de Ur (Tumba PG 779, Cámara D). El carro de la derecha pisotea un enemigo caído. Ambos son vehículos de cuatro ruedas macizas tripartitas, tripulados por dos guerreros de pie armados con jabalinas. Se aprecian los pasarriendas y las anillas en la boca de los animales. Hacia el 2600 a.C. Londres, Museo Británico. Del libro The art of warfare in biblical lands in the light of archaeological discovery.
“El Estandarte de Ur es una obra de arte que data de la época de los sumerios, hacia el siglo XXVI a. C. (época Arcaica Dinástica III) elaborada con la técnica de la taracea, arte típico de Sumeria y Acad consistente en incrustar piedras y otros materiales distribuidos en bandas sucesivas en muebles, instrumentos y otros objetos, incluso edificios.
Encontrado por el arqueólogo británico Leonard Woolley en la década de 1920 en las excavaciones de lo que fue la Necrópolis Real de la antigua ciudad de Ur, localizada al sur de la actual Bagdad (Irak)”.
La aparición del Aflastón
En esta Segunda Parte de Bigas, Trigas y Cuadrigas, empezamos presentando una moneda espectacular, un gran dodecadracma (12 dracmas) de la Grecia arcaica, en la Traco-Macedonia, pieza en la que podemos apreciar un carruaje o biga de bueyes.
La Traco-Macedonia es el lugar donde habitaban las tribus de Tracia que se establecieron en la región de Macedonia, como los Bergaios y los Derrones. Esta pieza pertenece a éstos últimos. Más tarde, cuando toda la región fue anexada al Reino de Macedonia, algunas monedas de las ciudades y tribus siguieron acuñándose y distribuyéndose.
Los Derrones procedían de las tribus de Peonia (Tracia). En la época del rey Filipo II de Macedonia, Peonia cubría la mayor parte de la actual República de Macedonia, situada al norte de la antigua Macedonia (que corresponde con la actual región griega de Macedonia) y el sur de Dardania (que corresponde con la actual Kosovo).
Se trata de un ejemplar muy especial. La pieza está golpeada sobre un flan muy redondo, lo que ofrece un centrado casi perfecto, con todos los datos de anverso y reverso claros. El golpe del reverso se ejecutó con una presión uniforme que permitió un triskeles casi completo, lo que es bastante “raro”. Con una ligera pátina, y además, una excelente pureza de metal para este tipo. En resumen, una moneda excepcional entre las labras de plata macedonia temprana.
Importante la aparición del aflastón, instrumento que vemos bajo los bueyes, (probablemente solo aparece en estas monedas). El aflastón es un instrumento que se situaba en la popa de las galeras de guerra y se trataba de un mecanismo capaz de medir la velocidad del viento. Luego pasó a convertirse en un ornamento para vasijas, escudos, etc.
La aparición en reverso de un trisquel griego -tres piernas- (Triskelion), puede representar la trinidad Pasado, Presente y Futuro; o el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu; o manifiesta el principio y el fin; o la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. En resumen, ambos ornamentos representan: movimiento.
Ciervos y Cabras
Y cambiemos de animales, les mostramos una biga, bastante común, sobre todo en la República Romana. Es la de ciervos, nos agrada mucho por tratarse de animales esbeltos, robustos, bien conformados, de porte majestuoso y altivo y su velocidad en carrera es impresionante.
Destaquemos que en este caso no solo están en movimiento, están a toda carrera, así como la posición de galope tendido de los propios ciervos y la actitud del auriga (Diana) echada hacia adelante y fustigando a los animales.
La aparición de una biga de cabras responde totalmente a actos populares que acaecían en el mundo romano, relacionados directamente con aspectos mitológicos. A estas bigas las llamamos en Español «de cabras», cuando en realidad estaban formadas por machos cabríos, por cabrones, y quizás ocurra esto por el significado malsonante de la palabra.
Esta moneda y otras similares están vinculadas a la diosa Juno Caprotina. Juno, incluso más que otras deidades romanas mayores, ostentó un gran número de epítetos significativos y variados, nombre y títulos que representaban diversos aspectos y papeles de la diosa. De acuerdo con su papel central como diosa del matrimonio, recibió varios títulos: Interduca, «la que lleva a la novia al matrimonio»; Domiduca, «la que lleva a la novia a su nuevo hogar»; Cinxia, «la que pierde la faja de la novia»; Lucina «la que trae niños a la luz»; Lucetia «la que trae luz», cuando ayudaba en los partos; Pronuba «matrona de honor». Y otros títulos que nada tenían que ver con el matrimonio, como: Regina «la reina»; Moneta, como protectora de las riquezas; Pomona «de la fruta»; Ossipagina «la que moldea los huesos», y otros epítetos. Y, el que aquí nos interesa: Caprotina por su relación con la Fiesta Lupercalia (o fiesta de las Lupercales) que empezaba a celebrarse ante diem XV Kalendas Martias, que equivale al 15 de febrero; en el día de la Caprotinae Nonae, los romanos, hombres y mujeres libres y los esclavos hacían “picnic” y se divertían juntos cerca de una higuera silvestre (caprificus); se implicaban en carreras, simulacros de batallas con puños y piedras, hablaban de forma obscena y, finalmente, sacrificaban bajo la higuera un macho cabrío en honor a Juno Caprotina.
Serpientes
Con esta biga de serpientes nos introducimos en carruajes que no están tirados por mamíferos, denario dedicado a la diosa Ceres y a alguna de sus fiestas.
La principal festividad era la Cerealia o Ludi Ceriales «juegos de Ceres», instituidos el siglo III a.C. y celebrados anualmente del 12 al 19 de abril. El culto a Ceres pasó a estar especialmente relacionado con las clases plebeyas, que dominaban el comercio de grano. Se sabe poco de los rituales de este culto, siendo una de las pocas costumbres que fueron registradas por la peculiar práctica de atar ascuas ardiendo a las colas de zorros que entonces se soltaban en el Circo Máximo.
Muchos fueron los poetas que dijeron que esta diosa solía ser transportada en un carro tirado por serpientes.
Apreciemos la calidad de este denario, con preciosa pátina, muy difícil de ver en esta calidad.
Hipocampos y Centauros
He aquí una biga de hipocampos (caballos marinos). Ejemplar totalmente marinero y el primero que estudiamos de origen mitológico; la diosa Salacia en anverso y Neptuno en reverso. Al ser una moneda romana, los dioses que en ella aparecen -aunque sean de origen griego- deben darse con su nombre latino. Curiosamente nos encontramos descripciones, tanto inglesas, como francesas y españolas donde se dice que en anverso vemos a la diosa «Amphitrite» para inglés y francés, y «Anfitrita» para Español. Y en reverso «Neptune» para inglés y francés, y «Neptuno» para Español. O usamos ambos con su nombre griego Anfitrite, y su esposo Poseidón, o bien Salacia y Neptuno.
Esta familia de monederos «Crepereia» debía de estar muy vinculada al mundo marino, ya que en todos los ejemplares conocidos de esta serie (no acuñaron ningún otro tipo) aparece siempre como complemento de la diosa un animal marino: delfín, tortuga, cangrejo, pez, pulpo, esponja, etc.
Ejemplar algo ovalado, centrado por ambas caras. Hermoso retrato de Salacia, levemente hundido. Agradable reverso, con una hoja de plata que deja ver el cobre. Preciosa pátina de colección antigua con reflejos dorados y azulados.
Nos despedimos con una rarísima pieza de la familia Aurelia, en este caso, rarísima no significa escasa, pues existen bastantes ejemplares; pero creo que no existe ningún otro caso, en la República Romana, que presente una biga de centauros.
Algunas fuentes nos informan de que un antepasado del monedero Aurelius Cotta estaba relacionado con la victoria sobre Antíoco el Grande en las fronteras de Tesalia y Epiro, donde se dice que, en tiempos remotos, había tenido lugar el combate entre Hércules y los centauros.
Otra de las fábulas que se cuentan de Hércules, es que, después de haber completado los doce trabajos impuestos por Euristeo y libre al fin de la servidumbre de éste, partió hacia Calidón, donde se casó con Deyanira y donde se quedó a vivir hasta que, durante un banquete, mató involuntariamente al sobrino del rey Eneo, y a pesar del perdón de éste, Hércules decidió partir hacia Traquis acompañado de Deyanira. De camino llegaron al río Eveno, donde el centauro Neso se ofreció a trasladar a Deyanira a la otra orilla a cambio de dinero. Pero Neso, en lugar de cumplir el trato, escapó al galope con Deyanira en sus brazos con la intención de violarla; por lo que Hércules tuvo que herir al centauro con una de sus flechas envenenadas.
Los centauros son una raza de seres con torso y cabeza humana y cuerpo de caballo. Las versiones femeninas reciben el nombre de centáurides.