Moneda
Juno Moneta. La palabra «moneda» deriva de una de las advocaciones de la diosa romana Juno: Moneta (del verbo Moneo) «la que avisa». Al parecer, esta diosa había prevenido a los romanos de la inminencia de ciertos desastres. Se le atribuía, por ejemplo, la salvación de la ciudad cuando fue invadida por los galos en el 390 a.C. A Juno le estaban consagrados unos gansos que, cuando los Galos subieron al Capitolio se pusieron a graznar, por ello se consideró un aviso de la diosa a la que se adjetivó como: «Avisadora», Juno moneta, del verbo Moneo, a veces simplemente como Moneta, de la misma manera que nosotros decimos «El Creador» sin necesidad de explicitar a Dios. Después se construyó una ceca (la ceca de Roma) y se la conoció como: ad monetam, es decir, la ceca que estaba junto a «la avisadora». Poco a poco las piezas fabricadas en la ceca tomaron el nombre de todo el lugar y fueron conocidas como monedas, apoderándose del significado original: la parte por el todo.
Así pues, ya tenemos el origen que todos conocíamos de la palabra moneda. De esta misma palabra se deriva la palabra numismática, que procede del griego νομισμα = moneda.
Algunos apuntes sobre Juno: en el Capitolio se encontraba lo que se conocía como la Tríada Jupiterina (los romanos encuadraban a los Dioses de tres en tres “como nuestra Trinidad”):
Júpiter (Zeus en griego), su hermana-esposa Juno (Hera) y Minerva (Atenea), nacida de la cabeza de Zeus. De su unión con Júpiter, Juno tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una hija, Ilitía.
Pero Juno ostentó un gran número de epítetos significativos y variados, nombres y títulos que representaban diversos aspectos y papeles de la diosa. En su papel como diosa del matrimonio, recibió los siguientes títulos:
Interduca:
(la que lleva a la novia al matrimonio).
Domiduca:
(la que lleva a la novia a su nuevo hogar).
Cinxia:
(la que pierde la faja de la novia).
Otros epítetos: Regina (la reina), aspecto por el que fue nombrada en el Templo de Júpiter como parte de la Tríada Capitolina, destacando el papel de la diosa como esposa de Júpiter y reina de los dioses.
Lucina (la que trae niños a la luz) y Lucetia (la que trae luz), cuando ayudaba en los partos, etc. También había templos dedicados a Juno Regina en el monte Aventino, en el Circo Flaminio y en la zona que se convertiría en el Porticus Octaviae.
Pecunio
Pecus y pecunia, pecunio, que proviene de peculio. Algunos pueblos utilizaron el bronce (aes) para sus intercambios; comenzaron usando pesadas barras de este metal sin marcas (aes rude). En el siglo IV a.C., los romanos ya fundían lingotes de bronce de forma rectangular con la marca del taller (aes signatum), cuyo peso oscilaba entre 1,3 y 1,8 kg.
Las marcas de los lingotes solían ser figuras de animales como el buey, el carnero, el cerdo o incluso el elefante; se piensa que estas marcas representaban primitivamente el valor de cambio de las piezas de metal, lo que explica el hecho de que los romanos designasen el dinero como pecunia, ya que pecus significa «ganado». Una ley del siglo IV establecía esta proporción: 1 buey = 10 ovejas = 1 libra de bronce.
Según Suetonio en cierta ocasión, Tito, hijo de Vespasiano y futuro emperador, recriminó a su padre el cobrar un impuesto por los servicios sanitarios públicos. La razón era su procedencia “tan poco limpia”. Entonces Vespasiano le puso en la nariz unas monedas procedentes del primer pago y le preguntó: “¿Acaso te molesta su olor?”. Tito lo negó, no le molestaba. A lo que Vespasiano contestó: “Pecunia non olet” (El dinero no huele).
Dinero
Denario y dinero. El término «dinero» es sinónimo de «moneda»; procede de una moneda romana de plata: el denarius (que equivalía a 10 ases). Aunque para nosotros «dinero» tiene el significado de «moneda corriente», fue el nombre de diversas monedas acuñadas durante la Edad Media; así se llamó una moneda de plata y cobre usada en Castilla en el siglo XIV. Además, en varios países árabes se utiliza como unidad monetaria el dinar, cuyo nombre deriva, a través del griego δηναριον, del latín denarius.