Seres mitológicos Vol. II – Esfinge

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Seguimos con la serie de artículos sobre la Mitología Griega en las monedas. En esta ocasión hablaremos de la mítica Esfinge y, como siempre observaremos a estas esfinges a través de las preciosas piezas griegas que vamos a mostrarles. En la mitología griega, la Esfinge (en griego antiguo Σφίγξ, ‘estrangular’) era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave. Hesíodo, quien en su Teogonía es el primero que la menciona como hija de la Quimera y de Ortro (terrible perro hermano de Cerberos). Higino, Apolodoro y Laso de Hermíone, estiman que nació de la unión de Equidna (bella ninfa con cola de serpiente) y del poderoso Tifón. Y otros autores la señalan como el fruto de los amores entre Tifón y Quimera. Estacio precisa que tenía el rostro pálido, la boca llena de veneno, ojos como brasas encendidas y las alas siempre manchadas de sangre.

La Esfinge se instaló en uno de los montes del oeste de la ciudad de Tebas. Desde ahí se dedicó a asolar la campiña tebana destruyendo las siembras y matando a todos los que no fueran capaces de resolver sus enigmas. Mataba estrangulando, y algunas opiniones refieren que de ahí viene su nombre, ya que cerraba el paso del aire a los desafortunados que caían en sus garras.
Pasamos a disfrutar de tres piezas que cautivan por su expresividad, fuerza y diseño.

 

La segunda pieza que ofrecemos, esta vez en plata, procedente de la isla de Samotracia. Se trata de un rarísimo didracma. La Esfinge fue probablemente la insignia de Samotracia, un símbolo del famoso santuario de la Gran Madre en la isla. Esta ciudad emitió moneda muy limitadamente en tiempos arcaicos, mucho menos que las enormes cantidades de moneda que acuñaba la vecina isla de Tasos.

 

Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una cabra, la cola de una serpienteo un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón o serpiente, que nacía en la cola.Todas las descripciones coinciden, sin embargo, en que escupía fuego por una o más de sus cabezas.Era sumamente rápida.

El Mito de la Esfinge

Se creía que la Esfinge era un monstruo femenino al que se le atribuía rostro de mujer; pecho, patas, y cola de león; y además tenía alas como un ave de rapiña. Se supone, en ciertas versiones, que es hija de Equidna (la víbora con cuerpo de mujer, pero con cola de serpiente en lugar de piernas) y Ortro (perro de varias cabezas, que pertenecía a Geriones, y que fue asesinado por Heracles). En otras variantes es hija de Tifón (hijo menor de Gea y Tártaro).Algunas tradiciones menores atribuían la paternidad de la Esfinge al rey de Tebas, Layo (padre de Edipo) o al beocio Ucalegonte. Hera envía a la Esfinge a Tebas, para castigar a la ciudad por el amor culpable que sentía Layo por Crisipo, hijo de Pélope (se cree que esta fue la primera relación homosexual). Así la Esfinge se estableció en una de las montañas al oeste de Tebas, y desde allí devoraba a todos los seres humanos que estuvieran a su alcance y atormentaba al país. Antes de comerse a los viajeros, les imponía acertijos imposibles de resolver, con la condición de que, si los respondían, no los devoraría. Todos fallaban en la difícil empresa, hasta que llegó Edipo. El enigma más común de la Esfinge era: ¿Cuál es el ser que anda primero con cuatro, luego con dos, y después con tres patas y que se vuelve más débil según tenga más patas? Pero había otro que hacía también muy a menudo y era: Hay dos hermanas una de las cuales engendra a la otra, y ésta a su vez engendra a la primera. La respuesta al primero es el Hombre, pues gatea cuando niño, camina de adulto y de viejo anda co bastón. La respuesta al segundo son el día y la noche, pues el día en griego es femenino. Según cuenta la leyenda, Edipo sorpresivamente pudo resolver ambos enigmas. La Esfinge, entonces, despechada y vencida, se lanzó al vacío desde lo alto de una roca, y se suicidó. Ante esto,Tebas hace rey a Edipo y le piden que se case con su reina Yocasta, quien verdaderamente era la madre de Edipo. Otras interpretaciones narran que fue Edipo, quien una vez que respondió la adivinanza, atravesó al monstruo con su lanza, o lo empujó él mismo por el abismo.

Como una imagen vale más que mil palabras, mostramos un curiosísimo sexto de estátera de oro de Kyzikos (Cícico ciudad griega de la Propóntide, en Misia).

Las piezas con su anverso y reverso

Misia, Cícico. 500-460 a.C. Estátera de electro. 16,19 gr. Anv.: Esfinge de pie a izquierda sobre atún. Rev.: Cuadrado incuso. Subastado por: Gemini, LLG. Subasta I. 11/1/05. Lote 150. $ 13.500
Islas de Tracia. Samotracia. 500-465 a. C. Didracma de plata. 8,91 gr. Anv.: ΣA delante de Esfinge agachada a la izquierda, con gorro con un penacho. Rev. Cuadrado incuso. Subastada Nomos. Subasta 6. 8/5/12. Lote 35. 100.00 CHF.
Misia, Cícico. 500-460 a.C. 550-450 a.C. Hecté (Sexto de estátera). 10,5 mm. 2,64 gr. Anv.: Esfinge de doble cuerpo con cabeza de frente. sobre atún. Rev.: Cuadrado incuso. Subastado por Classical Numismatic Group, Inc. Subasta Triton XX. 10/1/17. Lote 225. $1.800.
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